Ay ay penita

Penita, y sí, del corazón,
ya me estoy acostumbrando.
Como el rosal que ha perdido la flor
y espinas le van quedando
ay penita, váyase usted por donde llegó
a hacerme sufrir de amor

penita, usted, sin preguntar
se me acomodó en el pecho.
Yo que alcanzaba la luna en tu piel
y el cielo se me ha ido lejos.
Ay, ay penita mi padecer se fue a bautizar
con un nombre de mujer.

Que venga a cantar conmigo el dolor,
que tengo necesidad
de echar a volar la pena en mi voz
con grillos de libertad.
La pena que parece tan cruel,
no es más que el final de mi tonto padecer.

Que Tata dios venga a parchar
mi corazón lastimado.
El barco lleno de tanta ilusión,
en la playa me ha olvidado.
Ay, ay penita… ¿quién la llamó a hacerme sufrir,
dejándome un mar de amor? Mejor me voy a otro lugar,
sin desparramar enojos.
Tal vez, yo fui el viento que desató
la ira en sus labios rojos.
Ay, ay penita, váyase usted por donde llegó
y tráigame otro querer.

Que venga a cantar conmigo el dolor,
que tengo necesidad
de echar a volar la pena en mi voz,
con grillos de libertad.
La pena que parece tan cruel,
no es más que el final de mi tonto padecer.