Asteroide en la cabeza

Me cayó un asteroide en
la cabeza ayer,
y como andaba sin sombrero
me sangró la piel,
fui al doctor, me revisó
pero no me creyó y me mandó
directamente al psicólogo,
y el psicólogo me dijo
que todo esta bien,
que es normal que pase
siempre por la edad también.
A lo mejor hay cosas
que siempre quiero olvidar
si no lo hago mi cabeza
pronto va a estallar.

Y salto de un edificio
hacia el espacio sideral,
no importa nada más
que el precio de volar,
ya no me importa,
vivir soñando, no importa nada.

Y en mi casa
la pastilla roja me tomé,
y en ese instante
un asteroide me cayó otra vez,
en realidad se equivocó
y le cayó al sillón.
Abrió un portal inmenso oculto
bajo un fuego azul
y dentro de él encontre
la ira de un dragón, tan gigante
e inmenso y grande
como un picaflor,
lo arranqué y me detuvo
un terodactilo
y me mostró un caminito
hecho de algodón.
Las flores, el mar, los segundos
la tarde en mi casa y un río
se aprieta mi pecho enseguida.

Y salto de un edificio
hacia el espacio sideral,
no importa nada más
que el precio de volar,
ya no me importa,
vivir soñando, no importa nada.