Letra de Aquí murió el payaso (ft. karter 2h)
Santiago Insane
"-¿Estás bien?
Tranquilo, es extraño el sentido de paz que viene cuando olvidas esa última fibra de dignidad. Estoy bien.
-De verdad, lo siento.
Bueno, si vas a amar a las mujeres debes esperar que te partan el corazón de vez en cuando. Son las letras pequeñas, pero aceptas cuando firmas.”
Con una frase mía, sería mío el mundo entero, pero le quitaría la emoción a un error que no asumo. No soy uno en un millón, querida, soy un millón inmortalizado en solo uno.
Hoy todo entra por la vista, pero yo sigo fiel a tus oídos, tienes un mural en mi mente con el dibujo de aquella sonrisa que a pesar de tantos problemas hasta el día de hoy no has perdido.
Vamos despacio que imaginación pagará pasajes, tu piel folio espera ser escrito por mis manos, musas se convirtió en notas musicales; duermo poco, sueño mucho y en sueños nos encontramos.
Hoy te veo dando vueltas por mi mundo vestida del mejor traje de tu piel, dando vueltas por mi mundo imaginario, sí, mi mundo evocado en el papel. Es la canción tan especial que hoy recién encuentro y no quiero que nadie te haga daño, pero no te quiero para mí, te quiero conmigo, es diferente, somos el cuento que no quiere ni quiso un final feliz. No hay final feliz si al final es un final, y eso que: “vivieron felices para siempre” no dices si juntos entre lo tétrico y lo normal, entre lo sublime y lo taciturno.
Ahí me tienes sin mis armas, sin coraza, si te regalé en ese instante un puñal, te di la espalda esperando a que hagas lo que todas hacen y solo sentí el cálido escalofrío de alguien que me vino abrazar. Silencios tan comunicados no deben ser normales y cuando hemos dicho que lo somos, cual rayo crepusculares se presentaban sentimientos y una sonrisa entre tus cabellos desordenados.
El de la capucha, el que la gusta la lluvia, buscar formas a nubes y siempre trae una libreta para versos, el que escucha, observa y muchas veces calla porque ni con mis amigos imaginarios converso.
El camino es corto, el tiempo es largo, vamos a pie y alarguemos el camino. Escenas imagino en mis letargos cuando camino por la curva de tu sonrisa, cual peregrino.
Te diría: “Mi vida”. Pero para qué compararte con ese desastre, un suicida que falló el intento al recordar que tenía que buscarte, encontrarte y contarte que tus ventanas son hermosas y hermosa es el alma que en ella refleja, si con la perfección no rozas es porque de pequeño aprendí una valiosa moraleja: “No existen perfectas creaciones y somos imperfectos por el simple hecho de ser humanos”. Eres una perfecta imperfección y te acompaña una imperfección total a la cual tomas cariñosamente de la mano.
Te daría un dedal, pequeña Wendy. Eres lo único que me gusta más que el café o mejor aún tomar café contigo mientras abrazados escuchamos melodías de Gordon Dexter.
Esta composición es imaginada por mí, escrita por mí, la base fea hecha por mí, si tuviera estudio sería grabada por mí, entregada por mí, inspirada en ti solo para ti.
Tú ahí tan madrigal yo aquí tan elegía, daría la mitad de mi vida gustoso por saber lo que a solas a ti misma de mí te decías, si era una esperanzadora duda o el desahucio del desamor.
Duda mata, verdad hiere, mentira desgarra, el viento trae el aroma de tu nombre en recuerdos, primero que nada soy lo último de todo o nada, pasa, sonrío, callo, continúo y despierto; abro los ojos reacciono y nunca los tuve cerrados, sigo con hojas en blanco y tinta intacta, solo en mi habitación te busco en los cuatro costados, estoy solo con soledad que tiernamente me rapta.
Soledad hoy le dedico los versos que cree en tu compañía, en los que me inspiraste, hoy los versos van para aquella dama fría que con el paso de las decepciones descongelaste.
La que tiene miedo no de amar, sino de que le hagan daño, a la que aún no sé si me quiere, la que me hace comportar huraño, pues mi mundo se redujo a ella, ya no existen otros seres.
Harto y triste, sentado en el borde de la cama, manos en cabeza, mentón pegado al pecho, codos en rodilla, una sonrisa triste emana, hoy el cielo lloverá en remplazo mío, lo sospecho.
Mañana lo olvido, Jair se ríe, porque sabe que para nada es verdad. Mañana sigo la vida sigue, a veces no es así, a veces solo los días pasan.
Y acepto que soy más canción que persona, pasó el tiempo, el viento, mas no tu aroma. Solo para escribir y pensar no soy flojo, que adoro el café, pero no tanto como el de sus ojos.
“Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y tu pecho me parece el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser.”
Tranquilo, es extraño el sentido de paz que viene cuando olvidas esa última fibra de dignidad. Estoy bien.
-De verdad, lo siento.
Bueno, si vas a amar a las mujeres debes esperar que te partan el corazón de vez en cuando. Son las letras pequeñas, pero aceptas cuando firmas.”
Con una frase mía, sería mío el mundo entero, pero le quitaría la emoción a un error que no asumo. No soy uno en un millón, querida, soy un millón inmortalizado en solo uno.
Hoy todo entra por la vista, pero yo sigo fiel a tus oídos, tienes un mural en mi mente con el dibujo de aquella sonrisa que a pesar de tantos problemas hasta el día de hoy no has perdido.
Vamos despacio que imaginación pagará pasajes, tu piel folio espera ser escrito por mis manos, musas se convirtió en notas musicales; duermo poco, sueño mucho y en sueños nos encontramos.
Hoy te veo dando vueltas por mi mundo vestida del mejor traje de tu piel, dando vueltas por mi mundo imaginario, sí, mi mundo evocado en el papel. Es la canción tan especial que hoy recién encuentro y no quiero que nadie te haga daño, pero no te quiero para mí, te quiero conmigo, es diferente, somos el cuento que no quiere ni quiso un final feliz. No hay final feliz si al final es un final, y eso que: “vivieron felices para siempre” no dices si juntos entre lo tétrico y lo normal, entre lo sublime y lo taciturno.
Ahí me tienes sin mis armas, sin coraza, si te regalé en ese instante un puñal, te di la espalda esperando a que hagas lo que todas hacen y solo sentí el cálido escalofrío de alguien que me vino abrazar. Silencios tan comunicados no deben ser normales y cuando hemos dicho que lo somos, cual rayo crepusculares se presentaban sentimientos y una sonrisa entre tus cabellos desordenados.
El de la capucha, el que la gusta la lluvia, buscar formas a nubes y siempre trae una libreta para versos, el que escucha, observa y muchas veces calla porque ni con mis amigos imaginarios converso.
Te diría: “Mi vida”. Pero para qué compararte con ese desastre, un suicida que falló el intento al recordar que tenía que buscarte, encontrarte y contarte que tus ventanas son hermosas y hermosa es el alma que en ella refleja, si con la perfección no rozas es porque de pequeño aprendí una valiosa moraleja: “No existen perfectas creaciones y somos imperfectos por el simple hecho de ser humanos”. Eres una perfecta imperfección y te acompaña una imperfección total a la cual tomas cariñosamente de la mano.
Te daría un dedal, pequeña Wendy. Eres lo único que me gusta más que el café o mejor aún tomar café contigo mientras abrazados escuchamos melodías de Gordon Dexter.
Esta composición es imaginada por mí, escrita por mí, la base fea hecha por mí, si tuviera estudio sería grabada por mí, entregada por mí, inspirada en ti solo para ti.
Tú ahí tan madrigal yo aquí tan elegía, daría la mitad de mi vida gustoso por saber lo que a solas a ti misma de mí te decías, si era una esperanzadora duda o el desahucio del desamor.
Duda mata, verdad hiere, mentira desgarra, el viento trae el aroma de tu nombre en recuerdos, primero que nada soy lo último de todo o nada, pasa, sonrío, callo, continúo y despierto; abro los ojos reacciono y nunca los tuve cerrados, sigo con hojas en blanco y tinta intacta, solo en mi habitación te busco en los cuatro costados, estoy solo con soledad que tiernamente me rapta.
Soledad hoy le dedico los versos que cree en tu compañía, en los que me inspiraste, hoy los versos van para aquella dama fría que con el paso de las decepciones descongelaste.
La que tiene miedo no de amar, sino de que le hagan daño, a la que aún no sé si me quiere, la que me hace comportar huraño, pues mi mundo se redujo a ella, ya no existen otros seres.
Harto y triste, sentado en el borde de la cama, manos en cabeza, mentón pegado al pecho, codos en rodilla, una sonrisa triste emana, hoy el cielo lloverá en remplazo mío, lo sospecho.
Mañana lo olvido, Jair se ríe, porque sabe que para nada es verdad. Mañana sigo la vida sigue, a veces no es así, a veces solo los días pasan.
Y acepto que soy más canción que persona, pasó el tiempo, el viento, mas no tu aroma. Solo para escribir y pensar no soy flojo, que adoro el café, pero no tanto como el de sus ojos.
“Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y tu pecho me parece el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser.”
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