Anillo de promoción

En una conversación
Que tuve con un amigo
Sólo yo fui su testigo
De una triste confesión.

Y, a medida que me hablaba,
De dolor se estremecía
Y llorando me decía
Lo que a su alma le destrozaba:

"Tenga presente
que mi hijo estaba muy orgulloso
porque en su examen
salió eximido y sobresaliente

Y cariñoso,
entre mis brazos dijo al oído:
'Ahora, mi padre,
Dame el regalo, lo prometido'

Al separarse
Quedó esperando con alegría
Aquel anillo
Lindo y grabado que merecía.

Avergonzado,
Ante mi hijo quedé llorando,
¡Porque el anillo
Aún estaba en la joyería! Con sentimiento,
lleno de rabia y tristeza,
yo maldije la pobreza
que vivía en el momento

Pero mi hijo,
Viendo aquella situación,
Alivió mi confusión
Y escuché lo que me dijo:

'No sientas pena,
Padre querido, porque el anillo
Que prometiste darle a tu hijo
Tú no lo tengas,

Sé que eres pobre,
Pero muy noble y estoy seguro
Que si tuvieras, tú me lo dieras
De oro puro,

No te preocupes,
Yo me conformo con este abrazo
Y en tu regazo
me des aliento para que triunfe.

¡No quiero anillo!
¡No quiero premio que eso no vale
Lo que el cariño
Que tú me has dado junto a mi madre!

¡No quiero anillo!
¡No quiero premio que eso no vale
Lo que el cariño
Que tú me has dado junto a mi madre!' "