Amor imposible

Era ministro de agricultura
Pero un tres de marzo las malditas urnas
Le despojaron de toda su gloria
Sus vacas, sus fletanes y sus zanahorias
Y estaba Atienza muy abatido
Desengañado y dolorido
Y sobre todo, lo que más duele
Sin otro mando que el de la tele
Y sucedió esa tarde de primavera
De pronto una llamada, ¿sabeis de quién era?
Una voz dulce y femenina que le dijo con vergüenza
Hola, soy Loyola, ¿qué tal, Atienza?

Quiero decirte que me he emocionado
Con esos poemas que te has olvidado
En un dossier sobre la pera madura
Qué bien escribes, Luis, qué ternura
Si te apetece, ven a buscarlos
Junto a tus discos de Roberto Carlos
Después podemos hablar en serio
De los asuntos del ministerio
Pero esa tarde no hubo ni un comentario
Acerca del sector agroalimentario
Ni tan siquiera vacas locas, tan sólo sus bocas, ay
Hay que ser discretos, mejor me callo Luis se despierta sobresaltado
Cielos, ¿dónde estoy? ¿qué me ha pasado?
Fue sólo un sueño, es increíble
Imaginar ese amor imposible
Qué no se enteren en el partido
Que desvarío cuando estoy dormido
Pero qué pena que sólo fuera
El sueño de una tarde de primavera
Y celebró el congreso sesión plenaria
Y sucedió una cosa extraordinaria
En el escaño de Loyola alguien puso, sin tarjeta
Un pequeño ramito de violetas