Agustina

Un 27 de marzo que presagiaba mal tiempo
el silencio de una casa se vio de alegría envuelto
aunque ya estaba esperando el llamado
por teléfono la voz de aquella enfermera
que dijo en un tono atento,
lo felicito señor hace un ratito fue abuelo.

Me quede un rato callado me movieron los cimientos y me invadió una emoción que me hizo un nudo en el pecho y me apure por salir que lejos
quedaba el pueblo o quizás eran las ansias por conocer algo nuevo
y develar el misterio hermoso de ser abuelo.

Recuerdo la primer noche que invadiste
mi silencio un llanto me despertó me pareció que era un sueño, pero al sentarme en la cama comprendí que todo aquello solo era una realidad y le di gracias al cielo, que bonito es despertar sabiendo que soy abuelo.

Espero tus travesuras ser cómplice de tus sueños y que encuentres un refugio en los brazos del abuelo, espero tu primer paso,
estaré pendiente de ello y quizás a media lengua
puedas decirme algún verso y seguir
por esta huella de un cantor y guitarrero.

Y cuando vallas creciendo conta con un compañero que como te abraza a vos, abraza guitarra y sueño. Vos sos mi sol, Agustina, te acuno en un bordoneo y entre versos por las noches a la distancia te veo como el ángel
que ayuda a continuar a este viejo.

Recuerdo la primer noche que invadiste mi silencio, un llanto me despertó, me pareció que era un sueño pero al sentarme en la cama descubrí que todo aquello solo era una realidad y le dí gracias al cielo, que bonito es despertar sabiendo que soy abuelo, que bonito es despertar sabiendo que soy abuelo.